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¿CÓMO FORTALECER MI AUTOCONFIANZA?

Actualizado: 10 mar

La autoconfianza es, con casi toda seguridad, la variable psicológica más determinante en el rendimiento deportivo, ya que condiciona, en gran medida, la interpretación que hacemos de las situaciones potencialmente estresantes que nos podemos encontrar en entrenamientos y competiciones. Es decir, determina si una situación es percibida como una amenaza, lo que, a menudo, generará estrés y ansiedad; o bien como un reto alcanzable, potenciando la motivación y un estado psicológico óptimo.


Sin embargo, el concepto de la autoconfianza es un poco más complejo de lo que suele creerse. No se trata de estar convencido “a ciegas”, de “creer que se puede” (lo que llamamos falsa confianza). La autoconfianza es la seguridad que tenemos en nuestros propios recursos para conseguir un objetivo y cómo potenciarlos, así como el conocimiento de las dificultades que pueden surgir y cómo contrarrestarlas, corregirlas o mejorarlas. Se fundamenta, por tanto, en la percepción de control de las situaciones a las que nos enfrentamos.


Como toda variable psicológica, la autoconfianza se puede trabajar y fortalecer. En concreto, trabajando cuatro puntos clave:


  1. Coordina tus objetivos de resultado (qué quieres conseguir), con objetivos de proceso (cómo intentarás conseguirlo).


Por ejemplo:


Objetivo de resultado → Conseguir mi mejor marca personal en 10k.


         Objetivos de proceso → Seguir la planificación de entrenamientos

                                                   Cuidar mi descanso

                                                   Realizar sesiones de fuerza en el gimnasio

                                                   Establecer una buena estrategia de carrera


  1. Flexibiliza tus expectativas y ajústalas a tus objetivos, y no al revés.


Por ejemplo, si tu objetivo es “volver a competir después de un tiempo lesionado/a”, una expectativa adecuada puede ser “volver a disfrutar de la competición”, en lugar de “conseguir rendir al mismo nivel al que estaba antes de lesionarme”.


  1. Céntrate en los aspectos del entrenamiento, competición y de tu día a día que puedas controlar realmente, aquello que dependa de ti.


Por ejemplo, un ritmo de carrera adecuado o un enfoque atencional óptimo.


  1. Sé objetivo/a y analiza tu rendimiento desde los hechos, no desde la emoción o la suposición.


Por ejemplo, analiza qué has hecho bien, cómo puedes mantenerlo, qué ha fallado y cómo puedes corregirlo, en lugar de quedarte sólo con el resultado y las emociones que genera el mismo.



Y aunque estos puntos sean en realidad estrategias y hábitos que incorporar a tu día a día, pueden ayudarte a fortalecer tu autoconfianza. Pero no hay que olvidar que esta se construye poco a poco, por lo que fortalecerla y, sobre todo, estabilizarla requiere de un trabajo más complejo, con la ayuda de un/a profesional, sobre el desarrollo de tus habilidades psicológicas, tu autoconcepto e identidad deportiva.

 
 
 

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